Vaya por delante mi
personal aprecio y enhorabuena a qui�n desde el mes de Junio pasado hace
el n�mero quince de las altas personalidades que ostentan en la actualidad
la prestigiada condecoraci�n de el Tois�n de Oro, Adolfo Su�rez Gonz�lez,
que por merecido y desde mi punto de vista, oportuno, huelga hacer todo
tipo de paneg�ricos y loas, que por otra parte, ya se han hecho por
personas mucho m�s cualificadas que qui�n estas l�neas escribe.
El cumplimiento del
30 aniversario de las primeras elecciones democr�ticas, es ocasi�n
propicia para otorgarle el Tois�n a Adolfo Su�rez, con todo merecimiento,
como reconocimiento publico a sus desvelos y entrega al servicio no s�lo
de Espana, que ya es importante, sino tambi�n a la Corona. La alta
distinci�n recibida aunque un poco m�s moderna que la Orden de la
Jarretera inglesa, se consideran las de m�s reconocido prestigio que
existen en el mundo. Lo crea en 1429 Felipe II, Duque de Borgona y Conde
Flandes, "Felipe el Bueno" c�mo se le ha reconocido en los libros de
historia, cuando se casa con Isabel de Portugal y Lancaster. La palabra
"Tois�n" viene del franc�s que significa "vellocino", o la piel del
carnero.
Tras el paso de los
anos y como consecuencia del matrimonio del Archiduque Felipe de Habsburgo,
"Felipe el Hermoso", con Dona Juana la Loca, la Orden en 1504 pasa a la
Corona de Espana, puesto que este incorpor� por matrimonio el Ducado de
Borgona a la Corona de Espana.
Y es desde entonces
que todos los monarcas espanoles han sido los Soberanos y Grandes Maestres
de la Orden. El Tois�n de Oro no es una condecoraci�n de Estado,
como s� lo son la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III (m�xima
Condecoraci�n que otorga el Estado Espanol), la Real Orden de Isabel la
Cat�lica o la del M�rito Civil, sino que por el contrario esta Orden
es una orden de car�cter "Familiar", es una orden que han
ostentado los jefes de las distintas Casas Reales que han existido a lo
largo de la historia en Espana. Evidentemente, en la actualidad al ser una
Orden de "Familia", pertenece a la "Familia Borb�n"
exclusivamente, y su actual Soberano y Gran Maestre es Don Juan Carlos I
de Borb�n, como Rey de Espana y c�mo Jefe de la Casa Real Espanola. Quede
esto claro para no confundir y tergiversar la historia de la Orden.
Consecuencia
directa es que no es una Condecoraci�n que otorgue el Gobierno de turno,
sino que es una condecoraci�n que otorga directamente el Rey de Espana a
qui�n cree merecedor de tan alta distinci�n, y todo ello con arreglo
igualmente al articulo 65 de nuestra Constituci�n del 78 y al RD 1368/87.
De hecho, sin faltar a otra de las cuestiones que la Constituci�n
establece que es que la persona del Rey es inviolable e irresponsable y
que todos sus actos tienen que ir refrendados por el Presidente del
Gobierno, es por ello que lo �nico que hace el Consejo de Ministros es "o�r"
la decisi�n del Soberano, no "acordar" la concesi�n. De hecho se
dice en el Real Decreto oportuno: "queriendo dar una prueba de MI Real
aprecio.", y m�s adelante, "o�do el Consejo de Ministros Vengo en
nombrarle Caballero.." Y por ello se publica as� en el Bolet�n Oficial del
Estado.
Es claro, por
tanto, que no ha sido el Gobierno de Jos� Luis Rodr�guez Zapatero qui�n ha
concedido el Collar del Tois�n de Oro a Adolfo Su�rez Gonz�lez, como ha
querido hacer ver la ejecutiva provincial socialista de �vila, sino que ha
sido personal y directamente el Rey Don Juan Carlos qui�n en uso de sus
facultades y por ser el Gran Maestre de esa Orden de car�cter familiar
quien le ha concedido tan alta distinci�n, dando prueba de su "Real
aprecio".
F�jense que
cualquier otro Real Decreto que vean en el Bolet�n Oficial del Estado
llevar� siempre la siguiente frase: "a propuesta del Ministro de......y
previa deliberaci�n del Consejo de Ministros en su reuni�n del d�a....";
es evidente que existe una importante diferencia entre simplemente
"o�r" o "acordar" en Consejo de Ministros.
De hecho, como
senala el historiador Jos� Luis Sampedro no se entiende muy bien que esta
concesi�n tenga que publicarse en el B.O.E, puesto que no es una
condecoraci�n de Estado y si familiar, insisto, y que as� ocurri� cuando
Don Juan Carlos concedi� el Tois�n a Jos� Mar�a Pem�n, al anterior Duque
de Alburquerque, al que fue Presidente de las Cortes, Torcuato Fern�ndez
Miranda y al que fue el Jefe de su Casa, el Marques de Mondejar; ninguna
de estas concesiones aparecieron en el Bolet�n Oficial del Estado ni
refrendadas por el Presidente del Gobierno por ser "�rdenes comunicadas de
Su Majestad".
Esta es, a nuestro
juicio, la posici�n que deber�a haberse seguido siempre, encuadrando el
desarrollo de la vida de la Orden en el art�culo 65 de la Constituci�n de
1978, en el que se determina que el Rey dispone libremente en lo referente
a la organizaci�n de su Casa. De esta forma, eliminar�amos el concepto,
que creo injustificado, de que la Insigne Orden sea tratada y equiparada
como una mera condecoraci�n nacional en cuya concesi�n ha de intervenir el
Gobierno, absolutamente ajeno a una distinci�n nacida en el Ducado de
Borgona.
Sin embargo, la
pr�ctica posterior a la promulgaci�n de la Carta Magna ha sido, el intento
de encasillamiento del Tois�n a la cabeza de las Ordenes y condecoraciones
estatales espanolas, public�ndose las concesiones en el B.O.E., en espanol
(no en borgon�n como mandan los estatutos, pr�ctica seguida en el exilio
por el Conde de Barcelona), y refrend�ndolos el Presidente del Gobierno,
figura, insistimos, totalmente ajena a la Instituci�n.
Los nombramientos
hechos por Don Juan Carlos demuestran la alta estima en la que tiene esta
muestra de su aprecio, pues se ha limitado a conceder el prestigioso
collar a eximios servidores de la Monarqu�a (los ya difuntos, c�mo
dec�amos, marqu�s de Mond�jar, Torcuato Fern�ndez Miranda, Jos� Mar�a
Pem�n y el anterior duque de Alburquerque); y junto a estos, decir que por
primera vez en la historia del Tois�n, en 1985 el Rey Don Juan Carlos
concedi� a una mujer el grado de caballero del Tois�n; se trataba de la
Reina Beatriz de Holanda, a la que ese mismo ano le sigui� la Reina
Margarita de Dinamarca y en 1988 a la Reina Isabel II de Inglaterra;
igualmente poseen en el momento presente este grado el Rey Juan Carlos I
(1941), S.A.R. Don Carlos de Borb�n-Dos Sicilias (1964), Constantino de
Grecia (1964), el Pr�ncipe de Asturias (1981), el Rey Carlos Gustavo de
Suecia (1983), el Gran Duque Juan I (Duque de Luxemburgo) (1983) y el
Emperador Aki-Hito (1985).
Dato curioso e
importante es que desde 1988 y hasta el ano1994 (Alberto II de los
Belgas), el Rey no concedi� ning�n Collar de la Orden, y posteriormente
desde 1994 al 2004 tampoco, siendo el primero en el citado ano 2004 para
Sime�n de Sajonia - Coburgo Gotha, Sime�n de Bulgaria, sigui�ndole en 2006
el Rey Bhumibol de Tailandia y ya este ano en el mes de abril se lo
concedi� al Gran Duque Enrique de Luxemburgo; por tanto, como dec�a
anteriormente, Adolfo Su�rez hace el n�mero quince de los Collares que
est�n concedidos a personas vivas por el actual monarca. S�lo se pueden
entregar sesenta collares y a la muerte de los condecorados sus
descendientes tienen que devolver el Tois�n de Oro. Carlos V entreg� o
nombr� Caballeros a 51 personas.
El vellocino, que
es realmente el Tois�n, es la piel del carnero que cuelga de un collar con
veintis�is eslabones y pedernales despidiendo llamas y con una frase en
lat�n recogida del Libro de los Jueces, en la figura de Ged�on, en su
lucha contra los madianitas: "Ante Feriti, Quam Flamma Micet" (hiere,
antes de que vea la llama), junto a las "B" de Borgona, conforman lo que
hoy podemos ver colgando del pecho en las grandes solemnidades a Su
Majestad el Rey o al Pr�ncipe de Asturias, entre otros.
La orden se
constituy� en defensa de los d�biles y al servicio de la Iglesia de Dios.
Jos� Luis Delgado
Garc�a
Asesor y consultor en Protocolo