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Bob Dylan, Premio Pr�ncipe de Asturias de las Artes 2007

- El jurado que ayer le concedi� este galard�n en Oviedo reconoce en el m�sico estadounidense su car�cter de "mito viviente" de la historia de la m�sica popular y "faro de una generaci�n que tuvo el sueno de cambiar el mundo"

 

 [14 de junio de 2007]

 

El jurado del Premio Pr�ncipe de Asturias de las Artes 2007, que ayer concedi� el galard�n al cantautor Bob Dylan, reconoce en el m�sico estadounidense su car�cter de "mito viviente" de la historia de la m�sica popular y "faro de una generaci�n que tuvo el sueno de cambiar el mundo". El acta del jurado, a la que dio lectura su presidente, el ex ministro de Comercio Jos� Llad�, subraya el car�cter "austero en las formas y profundo en los mensajes" de Robert Allen Zimmerman, que conjuga "la canci�n y la poes�a en una obra que crea escuela y determina la educaci�n sentimental de muchos millones de personas". Su obra, anade, es "fiel reflejo del esp�ritu de una �poca que busca respuestas en el viento para los deseos que habitan en el coraz�n de los seres humanos".

Robert Allen Zimmerman, nacido en Duluth (Minnesota, EEUU) en 1941, ha sido pionero en la introducci�n de la literatura en la m�sica popular y en fusionar los ritmos de origen europeo y afroamericano, lo que supuso una revoluci�n de influencia decisiva para las generaciones de m�sicos posteriores.

En 1961 lanz� su primer disco, del que vendi� dos millones de copias, y su segundo trabajo inclu�a Blowin' in the Wind, convertido en un himno de los movimientos pacifistas y pro derechos civiles en Estados Unidos.

Al Premio de las Artes, el segundo que se falla en esta edici�n tras el de Cooperaci�n Internacional, concedido al ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, concurr�an 58 candidaturas despu�s de que a las 51 remitidas a la Fundaci�n Pr�ncipe de Asturias se sumaran otras siete planteadas por los miembros del jurado.

Entre los candidatos se encontraban el cineasta Milos Forman, el dramaturgo Peter Brook, la cantante Cesaria Evora, el cantautor espanol Joan Manuel Serrat, el compositor italiano Ennio Morricone, los cineastas Clint Eastwood, Emir Kusturica, Fernando Trueba y V�ctor Erice, la actriz Irene Papas y el escritor Fernando Arrabal. Las candidaturas proced�an de Alemania, Argentina, Australia, Bosnia, Brasil, Cabo Verde, Canad�, Cuba, China, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Italia, Irlanda, Jap�n, Per�, Portugal, Reino Unido, Rusia, Siria, Venezuela y Espana.

El director del cine espanol Pedro Almod�var fue el �ltimo galardonado con este Premio, con el que tambi�n han sido distinguidos a lo largo de las veintis�is ediciones concedidas hasta ahora Woody Allen, Miquel Barcel� y Paco de Luc�a, entre otros.

Los ocho Premios Pr�ncipe de Asturias, que tradicionalmente entrega Don Felipe de Borb�n durante una ceremonia que se celebra en el Teatro Campoamor de Oviedo, est�n dotados con 50.000 euros y con la reproducci�n de una estatuilla disenada por Joan Mir�.

 

Bob Dylan, el genio que huye de su leyenda

Cr�nica de CARLOS GOSCH

El Premio Pr�ncipe de Asturias de las Artes concedido ayer a Bob Dylan reconoce la prol�fica carrera de un compositor e int�rprete fundamental de la m�sica moderna, cuyo enorme legado ha influido en varias generaciones a lo largo de los �ltimos 45 anos.

Siempre esquivo con su leyenda, la pasi�n por los escenarios ha mantenido a Dylan lejos de casa durante d�cadas, embarcado en una gira sin fin, que alterna con la publicaci�n regular de discos, el �ltimo de ellos editado hace apenas un ano, Modern times, aclamado por la cr�tica y acogido con entusiasmo por el p�blico.

En este eterno viaje acompanado de unas canciones que cambia cada noche sobre el escenario, Dylan ha recalado en Espana en diversas ocasiones, aunque la primera de ellas no lleg� hasta 1984 en Madrid, acompanado por Carlos Santana, mientras que su �ltimo concierto fue el pasado 11 de julio en la playa donostiarra de Zurriola.

Robert Allen Zimmerman naci� en Duluth, Minnesota, el 24 de mayo de 1941, en el seno de una familia de comerciantes jud�os. Abandon� los estudios para entregarse por completo a la m�sica folk y en 1961 se traslad� al Greenwich Village de Nueva York. All� conoci� al padre de la canci�n protesta norteamericana, Woody Guthrie, una de sus grandes influencias.

En 1962, el cantautor, que ya hab�a cambiado el apellido jud�o Zimmerman por el de Dylan -en homenaje al poeta brit�nico Dylan Thomas-, public� su primer disco tras haber sido descubierto por el cazatalentos de la compan�a CBS John Hammond. Un ano despu�s de su �lbum hom�nimo, edit� The freewheelin, el disco que conten�a Blowing in the wind, que se convirti� en un himno y a �l en un mito.

De su guitarra siguen saliendo himnos de la �poca. En 1964 advierte de que Los tiempos est�n cambiando y ese mismo anos edita Another side of Bob Dylan, obras que le coronan como rey del folk y gur� de la canci�n protesta.

Pero siempre inconformista, rechaza esos t�tulos con un inesperado regate. Primero amaga con un giro hacia la m�sica electr�nica con Bringing it all back home y en la primavera de 1965 viaja a Inglaterra. All� conoce a los Beatles a los que, adem�s de introducirles en el consumo de la marihuana, influir� decisivamente en la manera de escribir sus canciones, como reconoci� Lennon.

La ruptura con el folk es un hecho consumado en Highway 61 revisited, una de sus obras maestras y que se abre con la rotunda Like a rolling stone, una de las mejores canciones de la historia del rock.

El cantautor es increpado en sus conciertos por alg�n fan por haber electrificado su sonido -como recoge el disco Live 1966. The Royal albert Hall Concert-, pero Dylan se mantiene fuerte en su apuesta y entrega otro t�tulo inolvidable Blonde on blonde, un doble disco lleno de poes�a corrosiva y melod�as rotundas.

Dos meses despu�s de la publicaci�n de aquel �lbum, el cantautor norteamericano, que cuenta entonces 25 anos, sufre un accidente de moto que le obliga a un retiro de 18 meses en su granja de Woodstock.

En su convalecencia escribe el texto del libro Tar�ntula y reaparece con John Wesley Harding (1967), con el que su m�sica gira hacia el country, un g�nero en el que abundar� con su siguiente disco, Nashville skyline, que contiene Lay Lady Lay, una de sus canciones m�s �ntimas.

Su creciente inter�s por el cine le lleva a colaborar con Sam Peckinpah en Pat Garret and Billy The Kid, en la que tiene un pequeno papel y para la que escribi� una banda sonora que incluye su popular Knocking on Heaven's door.

En la primera mitad de los setenta sigue creando himnos y en 1974 publica Forever young, dentro de Planet waves, y se embarca en una gira de conciertos multitudinarios por Estados Unidos.

El cantautor de Minnesota vuelve a cortar por lo sano en 1975. Acaba de separarse de su esposa, Sarah, con la que ha tenido cuatro hijos, y el resultado de la ruptura es Blood on the tracks, uno de sus trabajos m�s personales.

Ese mismo ano regresa a la denuncia social y consigue un gran �xito con Hurricane, una larga canci�n sobre las injusticias que padeci� el boxeador negro Hurac�n Carter, que abandera el �lbum Desire.

Vuelve a la gran pantalla en 1977 como invitado destacado de The last waltz, dirigida por Martin Scorsese con motivo de la despedida de The Band, un grupo con el que hab�a trabajado en diversas ocasiones, y un ano despu�s publica Street legal y vuelve a recorrer el mundo.

Dylan deja de piedra a sus seguidores con una transformaci�n religiosa que le conduce a la conversi�n al cristianismo y a la que dedicar� sus siguientes discos: Slow train coming (1979), Saved (1980) y Shot of love (1981).

Son trabajos de influencia gospel, con letras de marcado car�cter religioso, en los que cuenta con la colaboraci�n de m�sicos emergentes como Mark Knopfler -l�der de Dire Straits-, con quien colabora despu�s en Infidels, con el que regresa a la tem�tica laica en 1983.

Su carrera atraviesa un bache a mediados de los ochenta, pero a finales de la d�cada se junta con sus amigos George Harrison, Roy Orbison, Tom Petty y Jeffe Lynne y publican un disco irresistible, Traveling Wilburys.

La vida del m�sico corri� peligro en 1997, cuando en mayo tuvo que ser hospitalizado por una infecci�n card�aca. Tras su recuperaci�n cant� en septiembre ante Juan Pablo II en Roma, en una actuaci�n que comenz� con Llamando a las puertas del Cielo.

Ese mismo ano se edita el disco n�mero 38 de su carrera y uno de los m�s aclamados por la cr�tica: Time out mind, al que sigue cuatro anos m�s tarde Love and theft, y en 2001 gan� un Oscar por Things have changed, de la pel�cula J�venes prodigiosos.

La sombra de Dylan, propuesto en varias ocasiones para el Nobel de Literatura, se ampl�a y su legado crece con reediciones como la de este mismo ano de la pel�cula Don't look back, dirigido por D.A. Pennebaker durante la gira por Inglaterra de 1965, aunque su personalidad se mantiene escurridiza.

"Yo s�lo soy Bob Dylan cuando tengo que ser Bob Dylan. La mayor parte del tiempo quiero ser yo mismo. Bob Dylan nunca piensa en Bob Dylan", dijo en una ocasi�n. (Texto y fotos: EFE)

 

 

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