|
Juan Jos� Feijoo, articulista
de La Voz de Galicia, nos remite el siguiente art�culo publicado en dicho
peri�dico que reproducimos a continuaci�n:
RECIENTEMENTE hemos tenido ocasi�n de contemplar sendas im�genes en los
medios de comunicaci�n en las que sus protagonistas muestran de forma muy
gr�fica, su �amor� hacia las respectivas ensenas que portan en sus manos.
Nos estamos refiriendo de un lado, al reelegido alcalde barquense, Alfredo
Garc�a, (mostrando la bandera cuyo diseno no fue admitido por la Comisi�n
de Her�ldica de la Xunta) y, de otro, al t�ndem del gobierno local
capitalino, el socialista Francisco Rodr�guez y el nacionalista Alexandre
S�nchez Vidal, sosteniendo al alim�n la ensena de Ourense (en la jornada
previa a la sesi�n de investidura).
Nos parece correcto que cada cual se identifique con los signos, iconos o
c�digos que de alguna manera definen la territorialidad, porque siempre,
tras esos gestos, se esconden mensajes. Ahora bien, como profesionales del
protocolo, pedimos a la clase pol�tica que cuando use esos s�mbolos,
respete las normas que los regulan (sobre todo porque en su condici�n de
representantes del estamento administrativo p�blico, est�n obligados a dar
ejemplo asumiendo los preceptos). Entendemos que cuando esto sucede, es
por desconocimiento, pero para ello est�n los expertos, para asesorar en
la materia. Basta recordar que el uso de la bandera est� reglamentado, por
una parte, por la ley 39/81 de 28 de octubre, que regula el uso de la
ensena nacional y de otra, por la ley 5/1984 de 29 de mayo, de S�mbolos de
Galicia, donde de forma expl�cita se indica que la bandera de la Autonom�a
�utilizarase conxuntamente coa de Espana�. O lo que es lo mismo, no puede
exhibirse ella sola o al lado de otra ensena que no sea la espanola.
|