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El duque que nunca lo fue

- Art�culo de Sara Carreira publicado por el peri�dico 'La Voz de Galicia'

 

 [noviembre de 2007]

 

A continuaci�n reproducimos un art�culo publicado por La Voz de Galicia el pasado d�a 16 de noviembre y que trata un tema de actualidad acerca del t�tulo Duque de Lugo consorte que ostenta Jaime de Marichalar tras el anuncio por parte de la Casa Real de un cese temporal de la convivencia matrimonial con la Infanta Elena de Borb�n:

Las casas reales europeas han optado por una soluci�n salom�nica en cuesti�n de t�tulos y honores cuando sus miembros se divorcian. Uno de los casos m�s recientes es el ocurrido en Dinamarca con un pr�ncipe, Joaqu�n, divorciado de Alexandra Manley, quien dej� de ser princesa de Dinamarca para convertirse en condesa de Frederiksborg. De esta forma, la joven hongkonesa sigue vinculada a la aristocracia danesa -no en vano es madre de dos pr�ncipes, Nicol�s y F�lix-, pero se desvincula de la familia real.

Es posible que esta soluci�n sea la que adopte la Casa del Rey con la separaci�n de la infanta Elena. Ella es desde su boda duquesa de Lugo -seg�n un real decreto firmado por el Rey el 3 de marzo de 1995, quince d�as antes del matrimonio-, y Jaime de Marichalar, duque consorte de Lugo. Aunque siempre se ha aceptado que Marichalar fuese duque de Lugo, lo cierto es que en puridad no lo ha sido nunca.

Toda la normativa al respecto es clara: por una parte, seg�n el Real Decreto 1368/1987, de 6 de noviembre, sobre el r�gimen de t�tulos, tratamientos y honores de la familia real, se indica que �la atribuci�n del uso de dichos t�tulos tendr� car�cter graciable, personal y vitalicio�.

El t�tulo no se comparte

A esto hay que sumar la reforma del C�digo Civil del 2 de mayo del lejano 1975, que indica que un t�tulo u honor personal no es transmisible al c�nyuge del propietario: �El marido y la mujer gozar�n de los honores de su consorte, excepto los que fueren estricta y exclusivamente personales,?y los conservar�n mientras no contraigan nuevo matrimonio. En caso de separaci�n legal no los perder� el c�nyuge inocente�. Es decir, si el honor se concede a la pareja, ambos son titulares, si no es as�, solo lo disfrutar� el propietario. En el decreto firmado por el Rey d�as antes de la boda de su hija -veinte anos despu�s de la reforma del C�digo Civil- no hay posibilidad de error: �En atenci�n a las circunstancias que concurren en mi muy querida hija Su Alteza Real dona Elena de Borb�n, infanta de Espana, con ocasi�n de su matrimonio y como prueba de mi profundo afecto y carino, he tenido a bien concederle con car�cter vitalicio la facultad de usar el t�tulo de duquesa de Lugo�. Es decir, si la infanta se divorcia y en el futuro se vuelve a casar, su segundo marido ser� duque consorte de Lugo exactamente igual que lo es ahora Jaime de Marichalar.

Si legalmente no hay ning�n posible error, seg�n destaca el experto en her�ldica Javier G�mez de Olea, es obvio que socialmente nadie duda de que Jaime de Marichalar es duque de Lugo. La Casa del Rey habla de duques de Lugo y Palma de Mallorca con frecuencia diaria y propon�a ese tratamiento cuando se solicitaba informaci�n al respecto. Esta confusi�n tiene l�gica: el ducado que otorga el Rey est� pensado m�s para el consorte que para la titular, que ya ser infanta de Espana es un honor mayor, solo superable por el de princesa de Asturias y, obviamente, por el de Reina.

�Marqueses viudos�

Como an�cdota del uso habitual del t�tulo por parte del consorte m�s all� de la ley, se cuenta la historia de aquel que lo ten�a por su mujer, y cuando esta se muri� sigui� us�ndolo como marqu�s viudo; el chascarrillo lleg� con sus segundas nupcias y la coletilla que tras su nombre pon�a la nueva pareja: �Marqueses viudos (�l y ella) de tal�.

(LA VOZ DE GALICIA / REDACCI�N EIP)

 

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