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La Ciudad Universitaria de Madrid cumple 80 anos

- Miguel Fern�ndez de Sevilla, profesor de la UNED, publica un libro en el que cuenta la historia de este lugar dedicado desde hace ocho d�cadas a la docencia, la investigaci�n y la formaci�n de diversas ramas

 

 [7 de marzo de 2009]

 

Construida por deseo del Rey Alfonso XIII, mimada por Primo de Rivera y por la Rep�blica, campo de batalla durante la Guerra Civil y escenario de revueltas estudiantiles contra la dictadura del general Franco, la Ciudad Universitaria de Madrid, una empresa nacional desde sus or�genes, cumple ahora ochenta anos.

Una efem�ride que Miguel Fern�ndez de Sevilla, profesor de Medicina Legal en la Facultad de Medicina de la Complutense, adem�s de docente en la UNED, ha querido aprovechar para contar en un libro la historia de este lugar dedicado desde hace ocho d�cadas a la docencia, la investigaci�n y la formaci�n. Un espacio universitario todav�a hoy "�nico" pero con "un cierto grado de saturaci�n de edificaciones", seg�n escribe en el pr�logo del libro Carlos Berzosa, rector de la Universidad Complutense, principal inquilino de sus m�s de trescientas cincuenta hect�reas de superficie.

Fue Alfonso XIII, convencido de la necesidad de modernizar una Espana con una aterradora tasa de analfabetismo y una sanidad penosa, quien alumbr� el proyecto de construir en Madrid una ciudad universitaria que agrupara a todas las facultades hasta entonces desperdigadas y ubicadas en viejos e insalubres edificios de la Villa y Corte. En la mente del Rey se dibuja as� un proyecto arquitect�nico revolucionario para su tiempo, inspirado en los campus estadounidenses y en los europeos m�s modernos, que atendiera a las necesidades "del cuerpo y el esp�ritu", destaca el autor del libro en una entrevista con EFE.

Aulas modernas y luz a raudales

Un lugar en el que se levantar�an modernos edificios, con luz natural a raudales, rodeados por campos para la practica de deportes, espacios abiertos y abundante arbolado. Los nuevos edificios estar�an dotados de modernas aulas, amuebladas con el mismo criterio, y con otras instalaciones -hasta un comedor autoservicio para alumnos y profesores, los primeros de Espana- que hicieran m�s c�moda y agradable la vida universitaria.

El 17 de mayo de 1927, coincidiendo con el XXV aniversario del Reinado de Alfonso XIII y con pleno apoyo del Gobierno presidido por el general Primo de Rivera, un real decreto creaba la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria de Madrid, que durante d�cadas, hasta su liquidaci�n en tiempos de Franco, se encargar�a de promover, realizar y concluir el sueno del monarca.

El trabajo de esta Junta deb�a encaminarse "no solo a planear edificios", sino a lograr que la Ciudad Universitaria fuera "una instituci�n modelo que sirva para regenerar y perfeccionar la educaci�n superior y donde el estudiante viva en su ambiente y encuentre cuanto necesita para su bienestar espiritual y f�sico", en palabras del propio Rey.

La nueva Ciudad Universitaria, con fuerte vocaci�n hispanoamericana desde sus or�genes, se construir�a al oeste de Madrid en unos terrenos del lugar conocido ya entonces como la Moncloa, pr�ximos al r�o Manzanares, propiedad de la Corona, que los don�, y del Estado. El dinero para poner en marcha tan importante y novedoso proyecto arquitect�nico y educativo saldr�a del bolsillo del Rey, de las arcas del Estado y de aportaciones privadas e institucionales, adem�s de sorteos extraordinarios de loter�a.

Entre otras iniciativas para recaudar fondos, narra el libro, el Gobierno de Primo de Rivero promovi� una suscripci�n p�blica de 25 c�ntimos por persona para costear 100 camas del Hospital Cl�nico, uno de los primeros edificios cuya construcci�n fue abordada, junto a las Facultades de Medicina y Filosof�a y Letras. Dos millones de pesetas m�s, recaudados mediante suscripci�n popular a iniciativa de varios bancos para conmemorar las bodas de plata del Rey, fueron donados por Alfonso XIII para costear el inicio de las obras.

Sobriedad y racionalidad

Tras la ca�da de la Monarqu�a y el exilio del Rey, el proyecto es asumido por la Rep�blica, que imprime mayor sobriedad y racionalidad a los edificios proyectados y que trabaja en un profundo cambio del modelo educativo marcado en los anos sucesivos por los ideales de la Instituci�n Libre de Ensenanza. La Guerra Civil convertir� los descampados de la todav�a incipiente Ciudad Universitaria en campo de batalla. All� perdieron la vida miles de combatientes de los dos bandos.

El 40% de los edificios levantados hasta el momento son destruidos. "Los libros -escribe el decano de La Complutense- se usaban a modo de parapeto y serv�an para protegerse de las balas". Los vencedores de la contienda fratricida retoman en 1941 la reconstrucci�n de lo destruido por las bombas, despu�s de que el "General�simo" decretase que el proyecto ten�a car�cter "nacional y prioritario". "El contenido y filosof�a de las ensenanzas cambian radicalmente, pero el continente sigue en las coordenadas de 1927, incluso en la financiaci�n y �rganos de gobierno de la Junta de la Ciudad Universitaria", recuerda Miguel Fern�ndez de Sevilla.

Son anos dif�ciles y de escaseces para una Espana de postguerra, pero las obras avanzan a buen ritmo y las inauguraciones de edificios se suceden ano tras ano, siempre acompanadas de la preceptiva misa de campana. Es en la d�cada de los 50 cuando la Ciudad Universitaria se convierte en escenario de las primeras protestas contra el dictador, la disculpa que necesitaba el R�gimen para imprimir un cambio de rumbo al proyecto educativo y arquitect�nico.

Inscripciones franquistas

Se proyecta por entonces erigir en La Moncloa, a la entrada del recinto universitario, un Arco de Triunfo que todav�a hoy, 33 anos despu�s de la muerte del dictador, exhibe esculpida en piedra y escrita en lat�n una dedicatoria a "las armas aqu� vencedoras". Otra de las inscripciones que el profesor Fern�ndez Sevilla opina deber�a borrarse se refiere al "templo de los estudios de Madrid fundado por la magnificencia regia y restaurado por el Caudillo de los espanoles". "De la Rep�blica -anade- ni rastro".

El proyecto inicial contemplaba la instalaci�n bajo el arco de una estatua ecuestre del Caudillo, que finalmente, por expreso deseo del dictador, acab� frente a los Nuevos Ministerios. Aqu� estuvo hasta 2005, ano en que fue retirada. En la Ciudad Universitaria se vivieron con intensidad los anos previos a la muerte de Franco y la transici�n a un nuevo r�gimen de libertades. Durante ese tiempo la Universitaria adquiere su actual fisonom�a. Miguel Fern�ndez de Sevilla lamenta en su libro que se siga construyendo, y que la Universitaria se haya convertido en un enorme p�rking. "Deber�a restringirse -dice- el tr�fico dentro del recinto".

Adem�s de rendir un "merecido" homenaje a personalidades de la talla de Javier Zubiri, Mar�a Zambrano o Juli�n Besteiro, que pisaron sus aulas, el profesor Fern�ndez de Sevilla insiste en poner punto final al proyecto arquitect�nico de la Universitaria con el encargo, "a cualquiera de los arquitectos espanoles de fama internacional", de un edificio singular "que podr�a acoger un museo".

Pero, sobre todo, recalca la necesidad de cuidar tan rico patrimonio art�stico y cultural acumulado durante estas ocho d�cadas. "Para que no desaparezcan, por ejemplo, los bancos de piedra originales, de una sola pieza, que est�n en la calle. La gente se los lleva. Han volado en estos anos m�s de cuarenta", concluye. (EFE)

 

 

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