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Los responsables de la organizaci�n decidieron unir las diferentes partes protocolarias con otras dedicadas al puro espect�culo

 

Emoci�n en Tur�n durante la apertura de los XX Juegos Ol�mpicos de Invierno

 - El Comit� Organizador (TOROC) encarg� el desarrollo de la ceremonia a la sociedad K2006/Film Master, compuesta por profesionales italianos y extranjeros

 

 [13 de febrero de 2006]

 

El Presidente de la Rep�blica, Carlo Azeglio Ciampi, saluda a su entrada en el Estadio Ol�mpicoEl pasado s�bado el antiguo Estadio Comunale de Tur�n -ahora rebautizado Estadio Ol�mpico- se visti� de gran gala para hospedar la ceremonia de apertura de los XX Juegos Ol�mpicos de Invierno, un evento que derroch� ritmo, pasi�n y velocidad, como era la intenci�n de los organizadores. El Comit� Organizador (TOROC) quiso hacer gala del lema que han arrastrado durante los meses previos a la inauguraci�n "La pasi�n vive aqu�" y encarg� a la sociedad K2006/Film Master, el desarrollo de las dos ceremonias centrales de estos Juegos. Un equipo creativo de m�s de 240 profesionales, italianos y extranjeros, han combinado este espect�culo de acuerdo con la direcci�n de Imagen y Eventos del TOROC -comandada por Andrea Varnier- y bajo el control del presidente del mismo, Valentino Castellani.

Esta ceremonia -y la clausura que vendr� tras 16 d�as de competici�n- tienen un papel unificador, ya que no representan �nicamente el momento protocolario que inaugura y cierra los Juegos sino que permiten al pa�s anfitri�n expresar los valores ol�mpicos y su propia historia. Por ello, Tur�n 2006 hab�a previsto que las partes estrictamente protocolarias de ambas ceremonias estuvieran unidas por otras con mayor tinte de espect�culo. As�, las partes que exigieron mayor dedicaci�n por parte de los equipos de protocolo de la organizaci�n fueron, por este orden: la entrada del Presidente de la Rep�blica Italiana, Carlo Azeglio Ciampi, y del Presidente del Comit� Ol�mpico Internacional; la interpretaci�n del Himno Nacional, el discurso de las pertinentes autoridades pol�ticas y deportivas, la declaraci�n oficial de apertura de los Juegos -ejecutada por el Presidente italiano-, la interpretaci�n del Himno Ol�mpico, el juramento de los atletas y jueces y el encendido del peletero. As� mismo, para la tradicional recreaci�n de los s�mbolos de la paz, Tur�n opt� por una soluci�n innovadora y espectacular: recrear una gigantesca paloma blanca con decenas de acr�batas pendientes de una pared vertical.

Tras la entrada en el Estadio Comunale de los presidentes italiano y del CIO, tuvo lugar uno de las partes protocolarias m�s sugestivas: la entrada de la bandera de Italia, un momento para el que no se quiso prescindir de la belleza. Trece deportistas vestidos de blando inmaculado por Giorgio Armani, desfilaron por la pista mientras que la modelo y cantante Carla Bruni, hizo lo propio portando la ensena nacional. Despu�s, fueron las luces las encargadas de dar vida a estos maniqu�es que se convirtieron en bandera viviente al proyectarse sobre ellos los colores de la ensena verde, blanca y roja.

Este juego de luces dio paso al desfile de los deportistas de los m�s de 80 pa�ses participantes, que dur� algo m�s de 50 minutos. Siguiendo el orden que se estipula en la normativa ol�mpica, abri� la parada Grecia, siguiendo al equipo griego los dem�s en estricto orden alfab�tico en italiano. Siguiendo a originales abanderados vestidos de Moschino con trajes que imitaban las montanas del Piamonte, cerr� el desfile el equipo del pa�s anfitri�n: Italia.

La parte art�stica

La parte art�stica intent� recoger todos los iconos italiano, desde todos los frentes y para ello no se escatim� en despliegue de medios. El espect�culo arranc�, como no pod�a ser de otra manera, con el s�mbolo por excelencia del nacimiento de la lengua italiana, Dante Alighieri, y las palabras que dej� grabadas en su 'Divina Comedia'. Un libro gigante de cuatro metros por tres, ocup� el escenario mientras el reconocido actor de teatro Giorgio Albertazzi, interpret� la parte dedicada a Ulises, del cap�tulo "El infierno".

De la Edad Media al Renacimiento y de ah� a la Modernidad, un paseo por la historia de la mano de los grandes pintores y m�sicos italianos, en la que no falt� la participaci�n de las tradicionales banderas de la Piazza di Modena, que estuvieron representadas con 100 de sus porta banderas.

Para que la emoci�n no decayera hasta el �ltimo segundo, la organizaci�n estipul� tener este momento en absoluto secreto. El eterno Pavarotti apareci� en escena en medio a una recreaci�n magn�fica de la Scala de Mil�n, interpretando Nessun Dorma, de la obra de Puccini, 'Turandot'. Un final digno para un extraordinario trabajo.

 

 

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