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Se busca que los actos sean m�s din�micos, bellos y 'medi�ticos'

 

La innovaci�n marca los nuevos actos de empresa

 - La colocaci�n de la primera piedra del Banco Mundial de Semillas ha sido el ejemplo m�s reciente de que los eventos pueden cargarse de simbolismo y originalidad si que ello reste fuerza a su objetivo primordial

 

 [17 de julio de 2006]

 

El acto de colocaci�n de una primera primera piedra obedece a la necesidad que un grupo (entidad privada, instituci�n publica...) tiene de comunicar a la sociedad la actividad para la que se construye un edificio en particular. Es un evento meramente simb�lico, con repercusi�n social -m�s o menos notable dependiendo de los casos- y enmarcado en un espacio en obras, singularidad que afecta, y mucho, al planteamiento que debe hacerse la organizaci�n a la hora de gestionar este tipo de acto.

Por otro lado, no suele constituir un acto aislado, si no que lo normal es que venga inserido en una serie de eventos, todos relacionados, obviamente, con la construcci�n del edificio, siendo eso s�, el primero de ellos. Por ello, se suelen suceder, tras la colocaci�n de la primera piedra, otros eventos como la visita a las instalaciones, la inauguraci�n del edificio o la celebraci�n del inicio de la actividad, por ejemplo.

El modo cl�sico de llevar a cabo el acto de colocaci�n de una primera piedra consiste en llenar un cilindro -habitualmente met�lico y con cierre- con monedas de curso legal (no papel moneda) del pa�s donde se realice la construcci�n, las portadas del d�a de los principales peri�dicos, el logotipo de la empresa que construye o alg�n elemento identificativo de la misma...  -en este sentido se admiten multitud de variables-. El cilindro met�lico suele introducirse en un orificio hecho en esa primera piedra que ocupar� posteriormente el espacio reservado para ella en el lugar en obras. Es conveniente tener en cuenta que en actos de este tipo cobran especial importancia las explicaciones t�cnicas referidas al proyecto y que, dada la habitual presencia de varias autoridades, se debe encontrar el modo de hacerlas participar a todas en el acto en s� -haciendo, por ejemplo, que cada una de ellas introduzca un objeto- para lo cual siempre ser�n bienvenidas la imaginaci�n y la originalidad.

Hasta aqu� la teor�a, pero ?cu�nta improvisaci�n y originalidad admite un acto de estas caracter�sticas? ?Se puede innovar? La respuesta contundente es s�, por supuesto que se puede innovar y, de hecho, cada d�a vemos muestras de que un acto, por muy sencillo que sea, puede impregnarse de originalidad y de un toque absolutamente diferente. El protocolo y la organizaci�n de eventos no son materias que no admitan innovaci�n, m�s bien al contrario, agradecen toda nota de novedad que haga los actos m�s din�micos, m�s bellos, m�s comunicativos, m�s medi�ticos. Y para cualquier proyecto, tener eco en los medios de comunicaci�n hoy en d�a es m�s que necesario.

Uno de los ejemplos m�s claros de que la innovaci�n es posible llegaba con las im�genes de la colocaci�n en una de las islas de Svalbard (Noruega), en el �rtico, de la primera piedra piedra de un ambicioso proyecto: una c�mara acorazada que servir� para conservar las semillas de los principales cultivos de los que se alimenta la humanidad y evitar as� su desaparici�n en caso de cat�strofes naturales. Este arca de No� vegetal que algunos han venido a denominar la "b�veda del fin del mundo", es un proyecto que nace fruto de la colaboraci�n del gobierno de Noruega -que aporta la totalidad de los fondos para construir el dep�sito- y el Fondo Fiduciario Mundial para la Diversidad de los Cultivos con el apoyo de los gobiernos de otros cuatro pa�ses de Europa del Norte: Finlandia, Suecia, Islandia y Dinamarca.

Con el acto de colocaci�n de la primera piedra en las fr�as tierras noruegas se quiso reunir en el paraje que luego albergar� esta ambiciosa idea, a los jefes de Gobierno de los otros pa�ses que a d�a de hoy han avalado ya el proyecto -si bien se espera que a �l se sumen otros 160 pa�ses-. Por ello, junto al primer ministro noruego, Jens Stoltenberg -segundo por la izquierda en las im�genes- se ubicaron los primeros ministros de los estados colaboradores.

 
 
 

Como puede apreciarse en la sucesi�n de im�genes, los art�fices de esta primera piedra aplicaron al evento su propia teor�a. Eligieron el inh�spito paraje donde en el futuro se encontrar� este Banco Mundial, pero en el que todav�a no hay una sola muestra de lo ser� la c�mara. Pero sirve igual al objetivo, mostrar que �ste es el mejor punto -por sus condiciones climatol�gicas- para construirla, y desde luego, no deja a nadie indiferente. Del mismo modo, se dej� de lado el tradicional cilindro met�lico y la m�s com�n piedra, y se sustituyeron por un tubo de metacrilato transparente, que podr�a simbolizar a escala, lo que ser� la c�mara, en el que se introdujeron muestras de algunos de los cultivos que se conservar�n en ese edificio. Y lo hicieron todos a la vez, para que todos se sintieran part�cipes e integrantes de un proyecto com�n. Finalmente, el honor de cerrar el tubo de metacrilato fue para el maestro de ceremonias, el primer ministro noruego.

Es de suponer que otros actos vendr�n a servir de continuaci�n a esta primera piedra, veamos si la innovaci�n sigue siendo la t�nica predominante. Desde luego, si la intenci�n era sorprender y aparecer en muchos medios de comunicaci�n, el objetivo se ha conseguido.

 

 

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