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 -  El libro ofrece una interesante visi�n de las normas de convivencia de la �poca, los protocolos y las precedencias de una sociedad de incipiente desigualdad de sexos y el ceremonial impuesto dentro de los muros del Palacio Real

 [19 de abril de 2006]

El retrato que dibuja este volumen de Felipe IV dista totalmente del estereotipo difundido del que fuera Rey de Espa�a entre 1621 y 1665. Destaca su preocupaci�n por los asuntos de gobierno, su inteligencia y buen hacer en materia pol�tica y econ�mica �con tintes modernizadores dirigidos a la apertura de los cargos administrativos a �las gentes capacitadas fuese cual fuese su extracci�n�� y su impulso al desarrollo de las artes y las ciencias, motivado por su formaci�n human�stica de primer orden.

Repasando el modo de pensar y actuar de Felipe IV el libro ofrece una interesante visi�n de las normas de convivencia de la �poca, los protocolos y las precedencias de una sociedad de incipiente desigualdad de sexos, que impon�a a las mujeres no s�lo formas castas de comportamiento (oraci�n, recogimiento, etc.) sino tambi�n la manera de vestir y de actuar en p�blico.

De la Corte espa�ola ilustra al lector sobre el concepto y el espacio de la Corte, su organizaci�n administrativa (donde los gentilhombres de boca gestionaban los protocolarios almuerzos reales y exist�a una detallad�sima cadena de mando en lo que ceremonial palatino se refiere) y sus ceremonias, ritual y etiqueta, tanto en actos externos (como el recibimiento en Madrid a la esposa del monarca, Mariana de Austria o las ceremonias de entrada del Rey en una ciudad) como en aquellos celebrados dentro de palacio (destacan los oficios lit�rgicos solemnes en la Capilla Real), para los que se eleg�an los salones m�s adecuados en funci�n de la ocasi�n.

En lo que refiere a las formas de vida cortesana, el poder del ritual, la etiqueta y ceremonias hace un detallado estudio de los usos -"derivados de la tradici�n de Borgo�a, modificada por medio siglo de usos espa�oles"-  y de las reglas de protocolo, que constitu�an, gracias a su perfecta estructuraci�n, un detallado sistema normativo. El protocolo, en la Corte, se extend�a a todos sus residentes, "desde el monarca hasta el �ltimo pinche de cocina", si bien, alcanzaba una especial importancia para los nobles o los que aspiraban a ennoblecerse o a adquirir prestigio. �Por qu�? Porque "detr�s del ceremonial  y el protocolo se oculta el poder" o dicho de otra manera, "el ceremonial y el protocolo derivan del poder".

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