Guía de iniciación al protocolo real

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El llamado “protocolo real” es aquel que hace referencia a las monarquías, pero no solo a ese protocolo necesario que hay que llevar a cabo ante dichas personalidades, sino también a la rigurosa forma de comportarse que debe tener la propia realeza en cada momento. Pero veamos a continuación más detalles sobre lo que es el protocolo real, así como una detallada guía para iniciarse en el mismo.

El protocolo real

Atendiendo a su definición, el protocolo real es el conjunto de normas encargadas de guiar y conducir todos aquellos eventos, actos o ceremonias en los que vaya a haber presencia de alguna casa real, ya sean los propios reyes los que acudan o cualquier otro miembro de su familia. Saber de qué manera deben organizarse y desarrollarse este tipo de actos, tanto en la teoría como en la práctica, es algo que tradicionalmente han controlado los mayordomos mayores de la corte o “chambelanes”, maestros por excelencia del protocolo real.

Este protocolo de la realeza es, probablemente, el más estricto de todos los que existen, y es que se compone de toda una serie de complejas normas, fundamentalmente de etiqueta, que hay que cumplir rigurosamente si nos encontramos en un evento en el que participará algún miembro de la monarquía. Tener claras dichas reglas nos ayudará mucho a la hora de saber cómo comportarnos ante un “royal”.

Del mismo modo, los miembros de la realeza disponen de todo un sinfín de reglas que deben tener presentes a la hora de relacionarse con los demás, como la de tener que mantener siempre gestos muy cuidados o saludar de maneras muy concretas.

Y, aunque normalmente dicha normativa no es de obligado cumplimiento, e incluso puede ser más o menos rigurosa según el país o la casa real ante la que nos encontremos, lo cierto es que se espera y se requiere que la conducta que se tenga ante los miembros de la realeza sea siempre exquisita, como exquisitos son también los modales que la realeza muestra ante los demás. 

Ejemplos de protocolo real

El protocolo real es también uno de los más antiguos, pues hunde sus raíces en la Edad Media, época en la que ya tenemos grandes ejemplos de lo que era este tipo de protocolo, con ceremonias tan importantes como la llamada “ceremonia de coronación” a través de la cual se nombraba a los reyes en su cargo por la “gracias de Dios”.

Aunque pueden ser muchos, otros ejemplos destacados de actos y ceremonias en las que se requiere el protocolo real pueden ser:

  • Audiencias de distinta índole realizadas por los Reyes.
  • Inauguraciones y actos culturales y conmemorativos.
  • Apertura de determinados congresos o discursos oficiales.
  • Días y fiestas nacionales, como el 12 de octubre.
  • Entregas de algunos premios y acreditaciones oficiales.
  • Premios nacionales, como el Premio Nacional de Literatura.
  • Cenas, viajes oficiales y de Estado con presencia de la monarquía.

Si bien es cierto que hablar de protocolo real puede ser complicado, especialmente por la falta de unanimidad entre casas reales, así como por la ausencia de manuales publicados sobre sus normativas específicas, lo cierto es que referentes como Carlos Fuentes Lafuente o José Antonio de Urbina, pueden ser grandes guías al respecto.

El protocolo real en España

El protocolo real en España _

Las raíces del protocolo real español comienzan en la Edad Media, pero sobre todo posteriormente, durante el reinado de Isabel la Católica y la dinastía de los Austrias, momento en el que se adoptaría el llamado “protocolo borgoñón”, afrancesándose más tarde durante la época de los Borbones.

  • Origen del protocolo moderno

A comienzos de la Edad Contemporánea, sin embargo, este tipo de protocolo palaciego anterior se fue diluyendo en detrimento del protocolo inglés, del que el protocolo real español fue bebiendo y adoptando normas poco a poco. Recordemos, en cualquier caso, que al ser familias reales emparentadas por fuertes lazos históricos, el protocolo real español y el inglés siempre han estado en mayor o menor medida relacionados, aunque con particularidades muy concretas.

Por ejemplo, en la Casa Real española, hoy tan solo se consideran miembros de la familia real el rey Felipe VI, la reina consorte Letizia, así como sus hijas (la primogénita y princesa de Asturias Leonor y su hermana, la infanta Sofía) y los padres del Rey, los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía. No son, por tanto, miembros de la familia real ni las hermanas de Felipe VI ni sus sobrinos, cuñados o primos, sino tan solo “familia del rey”.

  • Tratamientos y dignidades

En cuanto a los tratamientos, solo los hijos de los reyes de España (sus Majestades) reciben el título de infantes o infantas, salvo en el caso del primogénito o primogénita, que recibe el de “príncipe o princesa de Asturias”. Para los demás familiares cercanos, como en el caso de los posibles cuñados, estos reciben el tratamiento de “altezas”, recibiendo los sobrinos el de “excelentísimos” (en el caso de los sobrinos primogénitos) y el de “señorías” todos los restantes, ya sean hombres o mujeres.

Es importante señalar en este punto, pues es un error común, cómo deben escribirse dichos tratamientos, utilizándose las minúsculas cuando sea compuesto y vaya seguido del título o del nombre (ej.: la princesa Leonor, la princesa de Asturias, el rey de España o la infanta Elena), y en mayúsculas cuando se emplee como nombre único (ej.: la Princesa, el Rey, la Reina) salvo que sea en plural, en cuyo caso solo pasará a mayúsculas el tratamientos de “sus Majestades” o “los Reyes”.

También es importante tener en cuenta que los tratamientos y los títulos no deben acumularse a la hora del protocolo escrito, excepto en casos que requieran de mucha solemnidad, como la presencia de varias casas reales al mismo tiempo (ej.: sus altezas reales la princesa Leonor (de España) y el príncipe William (de Inglaterra). Es decir, que se debe evitar en la medida de lo posible el decir cosas como: “su majestad el Rey”, optando por lo primero o por lo segundo, pero no al mismo tiempo. Asimismo, los títulos de la Familia Real tampoco deben escribirse con abreviaturas preferiblemente, sino de manera completa: “Doña Leonor” y no “Dña. Leonor”.

  • Servicio del protocolo real español

El servicio de protocolo real español se inserta dentro de la Secretaría General de la Casa del Rey y su jefe actual es el militar Bernardo Francisco de Lizaur Cuesta por el Real Decreto 932/2021 del 23 de octubre, encargado de dirigir y coordinar todos los servicios y actos relativos a la Casa, así como de garantizar el obligado cumplimiento del código de conducta exigido (precedencias, saludos, etiquetas…) bajo los principios de transparencia, humildad, fidelidad e integridad, para la salvaguarda de la imagen y dignidad de la Corona a nivel nacional e internacional.

Reglas de una princesa

Como venimos viendo, las reglas que debe seguir un miembro de la monarquía, en este caso una princesa, pueden ser diferentes según la casa real a la que se adscriba, aunque siempre relacionadas con un nivel de educación y conducta exquisitos acordes a su posición presente y futura. Así, algunas de las más destacadas son:

  • Códigos de vestimenta. Una princesa no puede llevar nunca escote o faldas por encima de la rodilla, usar tiara si aún no está casada, usar esmalte de uñas de colores fuertes o llamativos o ir sin medias, las cuales deberán ser siempre de un tono claro natural y sin brillo. Del mismo modo, tanto los peinados como el maquillaje deberán ser sencillos y sin estridencias, aunque con una imagen siempre cuidada y perfecta.
  • Códigos de conducta. Una princesa tiene prohibido hablar de temas sensibles, como política o intimidades, por ejemplo, y debe mostrar siempre una actitud positiva, gentil y humilde, siendo las actividades humanitarias algunas de las funciones más importantes atribuidas a su cargo. Tampoco puede tener gestos de afecto en público, firmar autógrafos, cruzar las piernas al sentarse (solo pueden cruzar los tobillos manteniendo siempre las piernas y las rodillas juntas) o cruzar los brazos (tan solo se pueden juntar las manos por delante del cuerpo).
  • Formación. La formación que se exige a una princesa siempre es bastante estricta en todas las casas reales, teniendo que prepararse muy bien a nivel académico (con estudios de diplomacia y protocolo incluidos), dominar el idioma propio y otros extranjeros (poliglotismo), o incluso con formación militar en el caso de algunas princesas herederas.

Si bien es cierto que puede haber variantes y que las exigencias de la Casa Real británica siempre han sido algo más exigentes y menos flexibles que las del resto, con prohibiciones tan curiosas como la de jugar al Monopoly o irse a dormir antes que la Reina, lo cierto es que la princesa Leonor y la infanta Sofía también han recibido una educación muy estricta, con normas establecidas por su madre, la reina Letizia, como la de ver la televisión solo los fines de semana, usar internet solo para temas educativos, acostarse temprano o comer solo alimentos que sean saludables y orgánicos.

Aun así, lo cierto es que las princesas europeas del siglo XXI han introducido avances en el protocolo exigido modernizando muchas de esas reglas y comportamientos que se esperan de una princesa, como el uso de la mantilla ante el Papa. Algo que hemos podido ver también en Kate Middleton (princesa de Gales) con el uso de faldas justo por encima de la rodilla, al igual que en Letizia (ahora Reina), que también ha adoptado vestimentas más informales en determinados actos con trajes estampados o calzados de esparto, demostrando que, aunque la profesión de princesa sea algo a tiempo completo, también puede ajustarse a los nuevos tiempos. 

Etiqueta real inglesa

Etiqueta real inglesa _

La etiqueta real inglesa (cuyos orígenes se encuentran principalmente entre los siglos XIII y XVII) es una de las más rigurosas, al ser también la Casa Real británica una de las más fieles a las tradiciones de antaño. Aunque dichos protocolos siempre pueden ser modificados por el rey o reina regente, permitiendo a la figura del “Lord Chamberlain” la propuesta de normas y costumbres, siendo hasta hace muy poco la reina Isabel II la encargada de ello. Pero, ¿cuáles son esas reglas de oro de la etiqueta real inglesa?

  • Cortesía. Hasta el punto de tratar a los desconocidos con la misma amabilidad que si fueran familia o una amistad, priorizar siempre los intereses y el tiempo del resto, aprenderse los nombres de las demás personas para conversar o ser los primeros siempre en saludar o presentarse ante extraños.
  • A la hora de saludar a la Reina o al Rey, los hombres deben hacer una ligera inclinación de cabeza sin mover el cuerpo más allá del cuello, preferiblemente, y las mujeres una pequeña reverencia, aunque algunas personas solo dan la mano, como ocurre mucho hoy en día en casi todas las monarquías, incluida la española. A familiares y amigos cercanos, los demás miembros de la Casa Real británica también pueden dar un fuerte apretón de manos o un beso en la mejilla.
  • La postura ideal aceptada por la etiqueta inglesa es la recta, teniendo que dejar al sentarse unos 5 centímetros entre el respaldo y la espalda, sin encorvamientos. A su vez, las mujeres al sentarse deben dejar las piernas siempre juntas, a poder ser con una pequeña inclinación lateral desde la rodilla.
  • El vocabulario siempre debe ser educado y exquisito, pero existe una lista de palabras que la Casa Real británica no puede pronunciar ni escuchar, que son: baño, papá, patio, perdón, perfume, sala de estar y sofá, ni por supuesto, ninguna que aluda a las partes íntimas del cuerpo. En cuanto a los idiomas, aunque todos los miembros de casas reales deben manejar cuantos más idiomas mejor, la etiqueta real inglesa marca desde el siglo XIV que todos los miembros de la familia deben saber hablar francés a la perfección.
  • Sentimientos y afectos. Los miembros de la Casa Real británica no pueden mostrar sus sentimientos en público, motivo por el que se cree que ni William ni Guillermo pudieron llorar en el entierro de su madre la princesa Diana. Asimismo, tampoco pueden quedarse con los regalos que reciban o realizar caricias o darse besos en público, siendo el caso de la Reina (ahora Rey Carlos III) el más curioso, pues ni siquiera se le puede tocar, dar la espalda o caminar por delante.
  • Nacimientos e infancia. Cuando el nacimiento de un bebé en la Casa Real británica es de un heredero al trono, se tenía la costumbre de anunciarlo en las mismas puertas del Palacio de Buckingham, aunque ahora también se utilizan las redes sociales, con un saludo militar también desde la Torre de Londres. Además, todos los niños deben poseer cuatro nombres preferiblemente (o mínimo tres), usar pantalones cortos hasta los 8 años de edad en el caso masculino, no gritar nunca, jugar al aire libre todos los días y poseer un Silver Cross Balmoral, que es la marca oficial utilizada para los carritos de bebé desde 1926.
  • Alimentación. En cuestiones de alimentación la etiqueta inglesa también marca pautas concretas, como la de evitar comer marisco u otros alimentos que puedan causar intoxicaciones en actos oficiales, especias y alimentos fuertes como el ajo, o cenar pan, pasta o alimentos con féculas y almidones para evitar problemas estomacales, lo que tampoco se sirve a los invitados.
  • Viajes y seguridad. Una de las costumbres más destacadas en este ámbito es la de que los miembros herederos al trono por línea directa nunca viajen juntos, lo que también es un tema de seguridad, pues se hace para evitar la falta de los mismos ante posibles accidentes. Por último, cabe destacar también otros detalles curiosos, como la necesidad de llevar un atuendo de luto en el equipaje al viajar o disponer de un búnker en Londres para salvar la vida en casos de extrema seguridad.

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