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Protocolo: el arte de ponerlos en su sitio

- Gema Mart�nez, periodista del diario Sur que se edita en la provincia de M�laga, escribe un art�culo sobre esta disciplina que fue publicado el pasado d�a 6 de enero

 

 [enero de 2008]

 

Gema Mart�nez, periodista del diario Sur escribi� un art�culo sobre protocolo contando con la colaboraci�n de Juan Antonio O'Donnell, experto en protocolo, y Rafael Illa, jefe de Protocolo del Ayuntamiento de M�laga. A continuaci�n reproducimos �ntegramente el art�culo publicado por el diario malagueno, y al que se puede acceder en su versi�n online a trav�s de este enlace:

Su origen se escapa a la memoria de los que han hecho de �l su profesi�n, tanto, que incluso hay quien se atreve a citar una desconcertante definici�n del arque�logo Jos� Luis Arsuaga, responsable de las excavaciones de Atapuerca: �Chinpanc� m�s protocolo, igual a hombre�. La frase, realizada por el investigador tras su experiencia como galardonado en la ceremonia de los premios Pr�ncipe de Asturias le sirve a Juan Antonio O"Donnell, experto en protocolo, para argumentar su convencimiento de que el orden en torno a la organizaci�n jer�rquica se encuentra en el origen mismo de la civilizaci�n.

�Se trata de ordenar un espacio donde hay gente. Es necesario escenificar los actos y establecer la diferenciaci�n social para situar geogr�ficamente a los cargos. Cada cual debe ocupar su lugar, si no ser�a el caos�. Es la s�ntesis que hace Rafael Illa de la profesi�n a la que ha dedicado ya veinte anos de su vida. El jefe de Protocolo del Ayuntamiento de M�laga, considerado un "Grande de Espana" en la materia, se aventura a decir que habr�a que buscar en la tradici�n y en el derecho consuetudinario para encontrar el porqu� de tratamientos tales como excelent�simo, ilustr�simo, reverend�simo o incluso magn�fico, vocablos que marcan diferencias y honores y que, aunque el protocolo mande, suenan anacr�nicos.

El cargo manda

Quiz� sea por eso por lo que el Gobierno decidi� hace algunos anos que sus miembros abandonaran el excelent�simo para quedarse con el "senor don", que en otros tiempos s�lo se aplicaba a aquel que se convert�a en bachiller, y que hoy se ha convertido en un apelativo estandar para dirigirse protocolariamente a todo aquel al que el cargo o las excelencias no le han hecho meritorio de un tratamiento honor�fico.

Para Illa, la decisi�n del Ejecutivo en nada afecta al complicado organigrama protocolario: �El cargo siempre es m�s importante que el tratamiento y siempre priman los cargos electos a los nombramientos. No soy contrario a que todo el mundo sea "senor don". Si desaparecen los tratamientos, como punto de referencia siempre tendr� los cargos. Siempre estar� antes el presidente del Gobierno que un ministro, ya sea tratado como excelent�simo o como senor don�.

Por eso mismo, la actual rectora seguir� ocupando el cuarto rango en importancia dentro del protocolo de autoridades de la provincia, a pesar de que la Universidad de M�laga tambi�n haya decidido abandonar el tratamiento de excelent�sima, dejando s�lo el de rectora magn�fica. Su prominente lugar en esta jerarquizaci�n ejemplifica la importancia que el protocolo da a la instituci�n universitaria, que es a la que Adelaida de la Calle representa en todo acto oficial.

La representaci�n

Para el jefe de Protocolo del Ayuntamiento de M�laga esta es una cuesti�n clave que jam�s se deber�a olvidar y que evitar�a m�s de una tensi�n y alg�n que otro enfrentamiento: �El alcalde, por ejemplo, es la primera autoridad de la ciudad, y no se le puede obviar nunca. Si en un acto p�blico se intenta obviar al alcalde, no se obvia a Francisco de la Torre ni al Partido Popular; se obvia al representante democr�tico de todos los ciudadanos�. Cuando De la Torre sale de su ciudad deja de tener ese tratamiento de prevalencia y si, por ejemplo, acudiera a un acto oficial en Torremolinos, siempre estar�a detr�s del regidor de la localidad, Pedro Fern�ndez Montes, en este caso concreto.

La no observaci�n del protocolo de forma deliberada puede tener consecuencias desastrosas. �Un fallo deliberado en el protocolo es un insulto�, afirma tajante Juan Antonio O"Donnell, que en la actualidad imparte un curso de experto universitario en Comunicaci�n y Protocolo . E incluso siendo inconsciente, tambi�n puede resultar fatal. Es lo que ocurri� en 1997 en el Circuito de Jerez, cuando se produjo una desatenci�n protocolaria al presidente de la Federaci�n Automovilista Max Mosley: �No se le situ� en lugar de la tribuna que le correspond�a ?relata O"Donnell? y el resultado fue catastr�fico para el circuito, para Jerez y para Andaluc�a. El senor se march� prometiendo que, mientras �l fuera presidente de la FIA, no se celebrar�an m�s competiciones de F�rmula Uno en Jerez. As� ha sido�.

Tras escuchar la an�cdota quiz� tome m�s fuerza la definici�n que de su oficio hizo un d�a a Rafael Illa un ex embajador: �Un jefe de protocolo es un administrador de las vanidades ajenas�. Y claro, hay vanidades y vanidades. Conocer el tamano de cada una de ellas puede evitar m�s de un quebradero de cabeza: �El protocolo encierra en s� mismo sutileza. En el acto jam�s se debe notar tensi�n o enfrentamiento, por eso, ante cualquier contratiempo hay que elegir el mal menor: agraviar a quien sabes que se va a ofender menos�, resume O"Donnell.

Al mil�metro

Un acto p�blico est� pensado al mil�metro, y de hecho, los jefes de Protocolo de las instituciones que intervienen se suelen intercambiar un "cronograma", que recoge lo que all� va a ocurrir, c�mo y en qu� tiempo.

�El protocolo no deja nada al azar�, asegura Rafael Illa. Por supuesto no deja al azar la configuraci�n de la presidencia, a veces muy compleja, ni la colocaci�n de las banderas y el orden de los himnos, en caso de que los hubiera. Por supuesto, establece el orden de las intervenciones, que siempre es de menor a mayor rango. As�, no fue por casualidad que, en la inauguraci�n de la llegada del AVE a M�laga, por citar un acto muy cercano, la primera persona en hablar fuera la ministra de Fomento, seguida por el presidente de la Junta de Andaluc�a; y que fuera el jefe del Ejecutivo, Jos� Luis Rodr�guez Zapatero, el que dijera la �ltima palabra.

?Deber�a haber estado en esa presidencia el alcalde de M�laga? �Creo que, en punidad, no. Hab�a tres cargos de rango superior a �l. En este caso, el alcalde ejerc�a de anfitri�n�, afirma O"Donnell.

 

 

 

 

 

 

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