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El Mensaje de Su Majestad se emite simult�neamente en todas las cadenas de televisi�n nacionales

 

Una imagen de las tres generaciones de la monarqu�a acompana al Rey en su discurso de Nochebuena

 - El monarca mantiene ano tras ano el mismo escenario en el palacio de la Zarzuela, introduciendo pequenos y pensados matices en la disposici�n del espacio

 

 [26 de diciembre de 2005]

 

El Palacio de la Zarzuela es el escenario elegido ano tras ano para grabar el tradicional mensaje de Navidad de Su Majestad el Rey. Un espacio en el que nunca falta a la izquierda del monarca un detalle navideno (un Bel�n, un �rbol de Navidad o ambos) y a la derecha la ensena espanola, colocada como se debe en lugar de honor. Es habitual ver junto a la bandera una fotograf�a -detalle que s� var�a ano tras ano- y que suele responder a alg�n momento destacado en la vida de la Familia Real.

As�, mientras que en 2004 fue una imagen de la boda del Pr�ncipe de Asturias con dona Letizia Ortiz (en la que �stos aparec�an con don Juan Carlos y dona Sof�a), en esta ocasi�n, la instant�nea elegida no pod�a ser m�s acorde con las �ltimas discusiones sobre el futuro de la monarqu�a, ya que en ella aparecen S.M. el Rey, el Pr�ncipe de Asturias y en brazos de �ste la pequena Leonor. La imagen, tomada el d�a que la Infanta protagoniz� sus primeras fotos oficiales, re�ne a los representantes de las tres generaciones de la actual monarqu�a, hecho al que tambi�n hizo referencia el Rey en el desarrollo de su discurso.

Reproducimos a continuaci�n, �ntegro, el mensaje de Su Majestad:

Mensaje de Navidad de Su Majestad el Rey

Palacio de La Zarzuela, 24 de diciembre de 2005

"Me dirijo a todos vosotros en este tradicional mensaje de Nochebuena para compartir, brevemente, algunas reflexiones y expresaros de coraz�n, junto a la Reina y a toda mi familia, nuestro mayor afecto y mejores deseos de felicidad en estas fechas navidenas.

Dedicamos nuestros sentimientos de especial cercan�a y carino a cuantos padecen cualquier tipo de sufrimiento o grave dificultad. Esta noche no quiero ni puedo olvidar a quienes este ano han fallecido en su entrega a los dem�s; les dedicamos nuestro m�s emocionado recuerdo, al tiempo que abrazamos a sus familias en el dolor; que el ejemplo de solidaridad que nos han dado, y que tanto valoramos, nos sirva a todos de gu�a para seguir construyendo una Espana siempre mejor.

Espana es una gran Naci�n. Las �ltimas d�cadas de nuestra historia no tienen precedentes en t�rminos de paz, progreso y libertad. Nuestro modelo de convivencia se ha convertido en referencia para otros. Nuestra econom�a presenta una buena salud. Seguimos generando empleo, creciendo por encima de la media europea; y, aunque quede mucho por hacer, nuestro nivel de bienestar, sistema asistencial, equipamientos, transportes o infraestructuras se aproximan a los m�s avanzados.

No ha sido f�cil llegar hasta aqu�. Lo conseguido es fruto de los sacrificios de todos los espanoles, que supieron superar rencores y divisiones, mirar al futuro y trabajar d�a a d�a para hacer de Espana el pa�s moderno, justo y solidario del que podemos sentirnos orgullosos.

Es ampliamente mayoritario el convencimiento de que lo que hemos logrado se lo debemos a la reconciliaci�n, a la concordia y al amplio consenso que permitieron alumbrar nuestra Constituci�n.

Sin ella, sin el respeto y la lealtad a sus reglas, valores y principios y sin el esfuerzo de todos, no podr�a explicarse ni la modernizaci�n vivida por Espana, ni la envidiable estabilidad pol�tica, econ�mica y social que hemos venido disfrutando.

Vemos que nuestro pa�s es hoy una realidad de libertad y progreso, organizado territorialmente en el respeto a su rica pluralidad y diversidad. Tenemos motivos para sentirnos particularmente orgullosos del rico patrimonio hist�rico, cultural y ling��stico de Espana.

Cierto es que vivimos avances y tambi�n algunas dificultades. Y debemos esforzarnos por resolverlas de com�n acuerdo. Para ello, debemos recurrir al di�logo responsable y sincero, dentro del respeto a nuestro marco constitucional, utilizando los cauces institucionales y democr�ticos, favoreciendo siempre el predominio de lo que nos une, nunca de lo que nos pueda separar, fomentando la concordia, el consenso y el respeto mutuo que han hecho posible nuestra estabilidad y progreso.

Mi mensaje de esta noche es bien sencillo. Frente a las tensiones y las divisiones, debe prevalecer -por parte de todos- la firme determinaci�n de intentar superarlas desde la moderaci�n y el sosiego, mediante la b�squeda del m�s amplio consenso en el marco de las reglas, principios, y valores de nuestra Constituci�n. Todo lo que se ajuste a estas pautas ser� siempre m�s s�lido, m�s seguro y, sobre todo, m�s integrador.

Conf�o plenamente en que las instituciones y los partidos del arco constitucional sabr�n siempre servir fielmente al inter�s general, y al deseo mayoritario del pueblo espanol de preservar y ensanchar nuestra arm�nica convivencia.

En su esfuerzo cotidiano, la Corona no olvida lo mucho que siempre queda por hacer para superar carencias o resolver problemas, promoviendo la soluci�n de las necesidades de los m�s humildes, de quienes por ser los m�s desfavorecidos y vulnerables, m�s necesitan ser escuchados y atendidos.

A todos nos duelen las cifras de ciudadanos que viven en Espana por debajo del umbral de la pobreza, en contraste con las que avalan nuestro sostenido crecimiento econ�mico. Una sociedad solidaria y de progreso, como la espanola, debe comprometerse con todo empeno en la lucha contra la pobreza, la marginaci�n o la exclusi�n social. Debe mantenerse vigilante para corregir desigualdades, extender las oportunidades de empleo, mejorar la cobertura sanitaria y la protecci�n social, atender a discapacitados, a personas dependientes, o facilitar el acceso a la vivienda.

Terminar con el terrorismo sigue siendo un objetivo prioritario e inaplazable. Sus instigadores, encubridores y autores materiales no han cejado en sus objetivos, amenazas y extorsiones. Su profunda crueldad est� presente en las cicatrices de tantas familias de v�ctimas, a las que nos debemos y cuyo dolor nunca podremos compensar. Para acabar con esa lacra debemos incrementar nuestros esfuerzos, sabiendo que contamos con los instrumentos del Estado de Derecho, la acci�n de la Justicia y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y con una creciente cooperaci�n internacional.

Tambi�n nos preocupa el drama de la inmigraci�n ilegal. No podemos tolerar que prospere el tr�fico de seres humanos. Tampoco debemos permitir que inmigraci�n sea sin�nimo de muerte, explotaci�n, o discriminaci�n. Como nueva realidad social de grandes dimensiones, la inmigraci�n debe ser abordada por todos con profundo sentido de la responsabilidad.

Nuestro propio �xito nos ha hecho, l�gicamente, m�s dependientes del exterior. Evitemos encerrarnos en nosotros mismos. No olvidemos que muchos retos y oportunidades se sit�an m�s all� de nuestras fronteras, en �reas cada vez m�s lejanas y competitivas. En este nuevo siglo, m�s que nunca, la defensa de los intereses de Espana y de los espanoles exige del Estado actuar en el exterior con la m�xima cohesi�n de todos: instituciones, fuerzas pol�ticas, y agentes econ�micos y sociales. Si no somos capaces de sumar fuerzas, si no concentramos adecuadamente nuestros esfuerzos, debilitaremos nuestra capacidad de acci�n y de negociaci�n exterior; y ser�n otros quienes se beneficien de esa debilidad.

Pienso a menudo en los j�venes. Os necesitamos. Vosotros sois capaces de contagiar ilusi�n, dinamismo, frescura de ideas y solidaridad. Sabemos de vuestra identificaci�n con nuestro sistema de vida en democracia que hace de Espana un pa�s libre, din�mico y moderno. De ah� la importancia que, para el futuro, tiene vuestro compromiso con el modelo de convivencia de nuestra Constituci�n. Un compromiso al que debemos corresponder con el apoyo y est�mulo a vuestros anhelos de mayor participaci�n y mejor formaci�n.

Llevo anos insistiendo en que la mejora de la educaci�n y el fomento de la innovaci�n tecnol�gica son tareas prioritarias. No estamos solos en el mundo. La competencia exterior resulta implacable. De la calidad educativa y del progreso tecnol�gico depende en gran medida que Espana pueda mantener y acrecentar sus niveles de progreso y bienestar. Para ello, s�lo hay una receta: m�s y mejor educaci�n, m�s y mejor innovaci�n.

Con motivo del Treinta Aniversario de mi proclamaci�n como Rey, han dominado en m� sentimientos de satisfacci�n por lo mucho que ha cambiado Espana, de admiraci�n y gratitud a los espanoles por su continuado esfuerzo, por su generosidad y solidaridad; tambi�n sentimientos de fe en el futuro, de rotunda convicci�n de que, si juntos hemos llegado hasta aqu�, es todav�a mucho m�s lo que unidos podremos seguir alcanzando.

A lo largo de estos anos he tenido la grata ocasi�n de hablar con espanoles de todas partes, de muy distintas edades, ideas y ocupaciones, lo que me ha permitido conocer de cerca las alegr�as, anhelos y preocupaciones de much�simas personas, trabajadoras y honestas, fieles a s� mismas, a quienes agradezco su labor.

Tengo plena confianza en Espana y en los espanoles. Siempre podr�is contar con mi entrega ilusionada y mi permanente voluntad de servicio, con mi empeno por sumar esfuerzos para afrontar nuevos retos y objetivos, y con mi m�s firme compromiso y el del Pr�ncipe de Asturias con el futuro de Espana. Para la Corona, el ano concluye con el muy feliz nacimiento de la Infanta Leonor, que ampl�a y garantiza la continuidad en la sucesi�n.

Para terminar, quiero reiterar la permanente necesidad de actuar con grandeza de miras para seguir haciendo de Espana un pa�s cada vez m�s moderno, unido, justo y solidario, preparado para alcanzar nuevos �xitos. Os animo a trabajar con ese esp�ritu y con ese horizonte, contribuyendo, d�a a d�a, al desarrollo de vuestros pueblos y ciudades, de vuestras Comunidades Aut�nomas y, en suma, del conjunto de Espana.

Eso y mucho m�s es lo que merece Espana, y merec�is todos y cada uno de los espanoles.

A todos dirijo un abrazo cargado de profundo afecto, con mis mejores deseos de paz, felicidad y prosperidad para estas Fiestas y el Nuevo Ano 2006. Unos deseos que hago extensivos a cuantos espanoles viven, trabajan o prestan servicio fuera de nuestras fronteras, as� como a los numerosos extranjeros que han escogido a Espana como hogar y contribuyen a nuestro desarrollo.

Buenas noches".

 

 

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