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Manuel Garc�a Linares nace un domingo,
d�a de feria, del verano de 1943. Es el segundo hijo del matrimonio
formado por Manuel Garc�a Garc�a, conocido como "Lulo Nieto", y
Enriqueta Linares Mart�nez, quien se alternan las labores en el campo
con la regencia de un bar-pensi�n en Navelgas, localidad asturiana que
se constituir� en "centro cordial" de toda su pintura.
A los cuatro anos acude por primera vez a la escuela p�blica, donde
recibir� algunas de las ensenanzas b�sicas que regir�n su vida
posterior. Su car�cter abierto, travieso y sonador le orientar� muy
pronto hacia el dibujo y la pintura como medio de expresi�n, lo que no
siempre ser� bien visto por sus mayores.
En 1950 inicia sus estudios de bachiller, como interno en el Colegio
de Santo Domingo de Oviedo. En el segundo curso de estancia all�,
contrae una enfermedad intestinal que le obliga a largos reposos en
casa de sus padres, durante los cuales comienza a leer biograf�as de
grandes pintores y se entusiasma con la idea de que �l mismo podr�a
llegar a ser un gran artista. Devuelta al colegio, consigue una caja
de �leos y se dedica a copiar los cuadros que los libros ponen a su
alcance, pero uno de los padres dominicos le retira los dibujos
al considerar que pueden perjudicar el desarrollo de sus estudios.
Sin embargo, no se puede luchar contra una vocaci�n tan fuerte. Manolo
pasa brevemente por el Colegio San Isidoro y el instituto y consigue
compatibilizar sus clases de bachiller con lecciones en la Escuela de
Artes y Oficios de Oviedo. All� tiene como companeros a Bernardo
Sanjurjo, Pilar Arturo, Roberto Crespo, Joglar, o Consuelo Vallina, y
como profesores, entre otras, a Adolfo Folgueras, Rafael Borbolla,
Manolo Segura, Antonio Mino y Mag�n Berenguer, quienes le ensenar�n
"la mon�tona disciplina del carb�n y el claroscuro". Su ilusi�n por la
pintura es tal que se plantea la posibilidad de abandonar sus estudios
de bachillerato para seguir, en Madrid, la carrera de Bellas Artes.
Sus padres, que se oponen rotundamente a que su hijo sea "artista", le
obligan a elegir entre trasladarse a Oviedo o a Madrid para proseguir
sus estudios o quedarse en Navelgas para ocuparse de las faenas del
campo. La opci�n parece clara, pero Manolo no lo duda un segundo y
decide quedarse en su pueblo.
No obstante, sigue dibujando y pintando, aunque en sus horas libres.
Su m�xima preocupaci�n es darse a conocer como pintor, y para ello
decide participar, en 1960, en el certamen anual convocado por
Educaci�n y Descanso en Oviedo con una gran obra. Elaborando de forma
artesanal todos los materiales necesarios -carboncillos, colores,
bastidor, lienzo y marco- pinta el cuadro titulado "Vagabundos", que
consigue alzarse con una menci�n de honor. El primer premio es
obtenido por Ruperto �lvarez Caravia quien, sin embargo, reconoce la
superioridad de la obra presentada por el joven artista de Navelgas.
Unos meses despu�s consigue, de las manos del periodista Ladislao de
Arriba, realizar su primera exposici�n individual en los bajos de la
cafeter�a R�voli de Oviedo. En 1962 viaja por primera vez a Par�s,
donde para poder subsistir se ve obligado a limpiar oficinas p�blicas
al amanecer y, por las noches, a recoger los cubiertos de un
restaurante a cambio de comida. Durante su estancia de tres meses en
la capital francesa visita el Louvre, el Jeu de Paume, El Museo
Nacional de Arte Moderno, donde puede contemplar cuadros de Matisse o
Picasso, al que tiene oportunidad de saludar personalmente en una
ocasi�n; asiste a los talleres de dibujo de Saint Germain y conoce a
Jos� Maldonado, tinetense, presidente de la Rep�blica espanola en el
exilio, quien le presentar� a Orlando Pelayo.
En 1964 represent� Asturias en el certamen nacional organizado por la
obra sindical en Madrid y gan� la Medalla de Plata, que le fue
entregada por el cr�tico de arte Moreno Galv�n. Atra�do por las
posibilidades "de trabajo, de informaci�n y de conocimiento" que
ofrece la capital de Espana, comienza pasar en ella temporadas m�s o
menos largas, altern�ndolas con estancias en Oviedo y Par�s.
En 1965, ya definitivamente establecido en la capital de Espana,
realiza apuntes de animales disecados y vimos en el Museo de Ciencias
Naturales y el recinto de Icona en la Casa de Campo, donde tiene
oportunidad de conocer a F�lix Rodr�guez de la Fuente. Aprovecha estos
dibujos para montar una exposici�n sobre especies de caza mayor en el
Club de Monteros de Madrid. La presentaci�n corri� a cargo de Jaime de
Fox�.
Decidido a perfeccionar su arte, toma clases de desnudo natural en el
C�rculo de Bellas Artes de Madrid. Concibe la idea de ingresar de
nuevo en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando pero desiste
pronto al conocer su f�rrea disciplina acad�mica. En el Museo del
Prado admira la obra de Goya, en especial las pinturas negras y "Los
fusilamientos dos de mayo".
Hombre aficionado a las tertulias, comienza frecuentar el Caf� Gij�n,
en la calle Recoletos de Madrid, donde comparte mesa y animada charla
con Juan Antonio Cabezas, Concha Su�rez de Otero o Dolores Medio. As�
mismo particip� en las tertulias del Mes�n del Conde en Madrid y del
Sotan�n en Gij�n, que resultaron esenciales para su formaci�n humana.
Si en 1966 muestra su obra en la Caja de Ahorros de Le�n, dos anos m�s
tarde, en 1968, realiza su primera exposici�n importante: exhibe �leos
y dibujos en el "Club Pueblo", sala de exposiciones del famoso diario
vespertino madrileno. Son obras expresionistas de fuerte carga social
cuya iron�a cr�tica no sienta bien en determinados sectores pol�ticos,
lo que no impide sin embargo que la inauguraci�n sea todo un
acontecimiento cultural.
En 1969, despu�s de exhibir su obra en el Ateneo de Gij�n y en la
galer�a Abril de Madrid, expone en la Embajada espanola de Lisboa, con
la asistencia del embajador espanol Jim�nez Arnau y del director
general de Cultura Popular de Portugal, Caetano Carvalho. Durante su
estancia en la capital portuguesa, en compan�a del agregado cultural
�lvaro Basa, visita a Don Juan de Borb�n en su residencia Villa
Giralda.
Por esas fechas obtiene medalla de bronce en la I Bienal "Julio Garllo"
de Gij�n, de la que salen vencedores Adolfo Bartolom�, medalla de oro,
y Eduardo �rculo, medalla de plata.
En 1970, expone por primera vez en Francia en la galer�a L'ami des
Lettes de Burdeos. Presentada por el c�nsul general de Espana, la
exposici�n tiene una buena acogida. La ciudad de Burdeos le atrae por
su cultura urban�stica y ciudadana, pero sobre todo porque supone un
reencuentro con su admirado Goya, al visitar la casa donde este hab�a
fallecido.
Linares vive entonces unos momentos de indefinici�n en los que inicia
b�squedas coincidentes con los derroteros de las vanguardias
art�sticas del momento. En 1971, en la galer�a Altamira en la
cafeter�a Tiki Tab� de Gij�n presenta obras de todos los estilos,
incluido el abstracto, y reparte entre los asistentes un cuestionario
para que den su opini�n al respecto. El resultado, seg�n lo previsto,
es confuso, pero le sirve para convencerse de lo que verdaderamente
tiene que hacer es buscarse si mismo, consolidar su propio estilo
personal.
Coincidiendo con todo ello, un �leo suyo obtiene un acc�sit en el
Certamen Nacional de Pintura de Luarca.
En 1972, emprende un viaje a Am�rica Central, que desde entonces
ocupar� gran parte de su atenci�n art�stica y humana. Expone en el
sal�n Oller de la Casa de Espana en San Juan de Puerto Rico y
aprovecha para pintar algunos de sus rincones y tambi�n retratos. De
all� se traslada a Santo Domingo, ocupando La Casa del Teatro con sus
cuadros. Se interesa por la situaci�n de las capas populares de la
isla, consciente de que " no todo el Caribe es luz, color, ritmo y
buen humor, tambi�n existe la miseria, el hambre, el negro y el
dolor". En M�xico realiza algunos retratos y contempla la obra de los
grandes muralistas, Rivera, Orozco, Tamayo, "demasiado sometidos al
dictado ideol�gico", seg�n su criterio. Tambi�n se interesa por la
cultura maya, visitando con gran atenci�n el Museo Antropol�gico de la
capital mexicana.
En ese mismo ano, 1972, vuelve a obtener otro acc�sit en el Certamen
Nacional de Luarca, donde m�s adelante conseguir� tambi�n un primer
premio y menci�n honor�fica en acuarela. Asimismo, inicia su
colaboraci�n con la galer�a Tassili de Oviedo.
En 1974, expone sus �leos en la galer�a Marqu�s de Uranga de Gij�n. Es
tal el �xito de publico obtenido que Linares se ve por primera vez a
s� mismo como un profesional de la pintura. Esta sensaci�n la ver�
reforzada dos anos despu�s, cuando es seleccionado para participar en
la I Bienal de Arte "Ciudad de Oviedo" con un cuadro que,
posteriormente, adquirir�a la Caja Rural de Asturias.
En 1975, Manuel Garc�a Linares se casa con Isabel Mars� Valdovinos,
profesora de ingl�s. El matrimonio se va a vivir a Sheffield
(Inglaterra), donde les llega la noticia de la muerte de Franco.
Linares recorre los principales centros art�sticos del pa�s y,
sin necesidad de aprender una sola palabra del idioma nativo, consigue
los contactos necesarios para montar sendas exposiciones en dos
importantes salas: la Vision Gallery de Sheffield (1976) y la Woodstck
Gallery de Londres (1980). Participa en actividades del Departamento
de Espanol de la Universidad local y colabora con Alan Yates, que
iniciar� posteriormente contactos con la Universidad de Oviedo, que se
mantienen a d�a de hoy.
A su vuelta a Espana, expone sus �leos en las galer�as Balboa 13 de
Madrid, Bernesga de Le�n y Vicent de Gij�n. Emprende tambi�n diversas
acciones para movilizar a los paisanos de su pueblo natal, a los que
ya hab�a ayudado promoviendo la creaci�n de la Asociaci�n de Vecinos
de Navelgas y la fundaci�n del peri�dico "El Cuarto de los Valles". En
1979, organiza por primera vez El D�a de los Pueblos de Asturias de
Navelgas, destinado a hermanar entre si a las diversas localidades de
la regi�n. La festividad, que a partir de que entonces se celebra cada
ano en el �ltimo domingo de agosto, tiene una enorme repercusi�n
social que sin embargo deja profundamente insatisfecho a su promotor,
al no conseguir ver realizado su ansiado objetivo, obligado a evitar
las interferencias pol�ticas.
En 1981 expone en la Galer�a Iris de Salamanca y toma parte en la
colectiva Panorama 81 del Arte Asturiano, celebrada en el C�rculo de
Bellas Artes de Madrid. Tambi�n participa en la I Bienal "La
Carbonera", de Sama de Langreo, donde se le compra, como premio, el
cuadro que ha presentado a concurso. Asimismo, cuelga su obra por
primera vez en la galer�a Murillo de Oviedo, con la que partir de
entonces, tras el cierre de Tassili, trabajar� en exclusiva,
exponiendo cada tres o cuatro anos.
En 1982 expone por primera vez en la sala de arte Esp� de Torrelavega
(Cantabria). Tambi�n lo hace en la galer�a Aktuaryus de Estrasburgo,
de la mano del decano de la Facultad de Filolog�a Rom�nica, Andr�
Labertit. Esta exposici�n supone para �l "la confirmaci�n de que el
arte es universal" y le sirve para encontrarse a s� mismo, como el
mismo afirmar�a. Ese mismo ano expone por primera vez en la sala de
Arte Tioda, que tras el cierre de la galer�a Vicent, pasa a ser su
�nico enlace profesional con el p�blico de Gij�n.
Asimismo en 1982 nace su primer hijo, Jaime. Dos anos despu�s vendr�
al mundo su hija Almudena.
En 1983 recibe el homenaje del Certamen Nacional de Pintura de Luarca,
de cuyo jurado entrar� a formar parte a partir de entonces.
Coincidiendo con el acto, se edita un libro sobre su vida y obra a
cargo de Jes�s Villa Pastur y Evaristo Arce.
Un ano despu�s expone la sala de la Caja de Ahorros Popular de
Valladolid y participa en una colectiva celebrada en el Sal�n de
Naciones de Par�s. A partir de entonces exhibe con regularidad su obra
en Madrid, Oviedo, Gij�n y Estrasburgo, donde presentar� sus
esculturas en 1985. Asimismo participa en las reuniones de la Sociedad
Cervantina y prosigue su labor movilizadora con la publicaci�n
de art�culos en prensa. Por otra parte, se decide a diversificar su
obra utilizando nuevas t�cnicas, como pueden ser las cer�micas o el
diseno de obras como el trofeo del Premio Asturias de periodismo, que
concede anualmente el Centro Asturiano de Madrid, del que es miembro
activo.
En 1989, presenta en Madrid y Oviedo el libro "Molinos de agua y
maquila", una llamada a la conservaci�n de estos elementos
etnogr�ficos de cuyos textos e ilustraciones es autor. En septiembre
es recibido en audiencia por el Pr�ncipe de Asturias, a quien hace
entrega de un ejemplar de la obra, prologada por Julio Caro Baroja. Al
libro, en el que trabaj� durante varios anos, le siguen posteriormente
otras publicaciones, como son "A ras de tierra" (1991),
"Asturias, de campo a mar" (1992) y "La caza en Asturias" (1994).
En 1992, ya plenamente consolidado como artista, realiza la primera
exposici�n retrospectiva de su obra en el Centro Cultural Galileo de
Madrid, a la que seguir� otra similar realizada en la Casa de Cultura
de Tineo. En 1994 muestra sus �ltimas exposiciones hasta la fecha en
el Centro asturiano de Madrid -en favor de Mensajeros por la paz - y
en la sala Murillo de Oviedo. |