El sector de la organización de eventos entró en crisis en marzo de 2020. Se dejaron de organizar eventos, lo cual ha afectado gravemente a la comunicación de las empresas y a este sector que ha sufrido una desestructuración importante.
Sin embargo, se ha dado una paradoja muy curiosa.
El sector ha entrado en grave crisis por no haber eventos y, sin embargo, en cada ciudad, en cada país, estamos siendo testigos de lo que supone la organización de eventos, en este caso del más grande y complejo que pudiéramos imaginar: la vacunación contra el COVID-19.
Organización de eventos masivos
Muchas veces me he preguntado y lo he hecho también a mis alumnos de la Escuela Internacional de Protocolo: ¿Cuál es el evento más grande, más complejo que se ha organizado nunca?
Las respuestas son muchas y siempre suelen ser las mismas: los Juegos Olímpicos, un concierto de 50.000 personas, la boda de un famoso o la peregrinación a la meca, entre otros.
Hace algún tiempo, reflexionaba en un post en mi blog sobre este tema y llegábamos a la conclusión de que la logística que requiere una guerra se convierte en el mayor operativo organizativo que uno se puede imaginar.
Hay que ordenar a los soldados, darles de comer, vestir, dormir, sustituir a los heridos, hacerles llegar las órdenes, dotar de servicios auxiliares, gasolina para los aviones, almacenar las municiones, planificar traslados, atender a los enemigos capturados…
Organización de eventos pura y dura.
En fin, se trata de un largo etcétera que podría concluir en que, efectivamente, los movimientos y las cantidades hacen crecer problemas de logística y las necesidades de planificación.
A Napoleón, por ejemplo, no le venció su enemigo, sino su propia logística. Empezó a perder su imperio, entre otras cosas, por no ser capaz de abrigar convenientemente a sus soldados y no poder hacerles llegar la comida de la manera apropiada en las estepas rusas.
Vale, una guerra será el mayor evento que ojalá nunca nadie tenga que organizar, pero, así de repente, nos hemos visto inmersos en otro evento increíble con unas necesidades de previsión que se escapan a la imaginación.
Operativo de vacunación
He oído muchas protestas sobre la vacunación. Yo mismo, me decía, “cuánto tardan en llamarme”.
Es lógico.
Cuando algo influye en tu salud personal, si hay algún fallo, te preocupas y protestas porque te afecta directamente, pero sería conveniente dar una visión general para un análisis objetivo en cuanto a la organización de eventos se refiere.
Veamos el panorama de una manera global y, seguramente, comprenderemos mejor todos los fallos y admiraremos los aciertos.
Ya lo sabemos, fue de repente. La pandemia llegó de repente y, en tiempo récord, nunca antes visto en la historia, se extendió de manera vertiginosa por todo el planeta con unas consecuencias económicas, sociales y políticas que cambiaron el mundo y la sociedad.
En tres meses, gran parte del planeta estaba confinado en sus casas. Nunca antes había pasado esto.
La ciencia no defraudó y, en otro tiempo récord, tenemos a nuestra disposición una vacuna.
En ese momento llega, sin experiencia previa, EL GRAN OPERATIVO. EL GRAN EVENTO.
¿Cómo vacunamos a miles de millones de personas?
Hablamos de un evento que se ha tenido que planificar y ejecutar en cada uno de los países, en cada una de las ciudades.
Cómo llegan las vacunas a cada sitio, dónde se almacenan, cómo se inoculan, a dónde y cómo se trasladan, cómo seleccionas a quién se vacuna (los «invitados”), cómo les «invitas» (mailing), cómo controlas a los vacunado y las segundas dosis, la elección de los espacios…
Un sinfín de cuestiones que comportan EL GRAN OPERATIVO que supone la ORGANIZACIÓN DE EVENTOS, al que se le deben aplicar las técnicas de planificación y ejecución de cualquier evento adaptándolas a la dimensión.
El hecho es que, a los seis meses de haberse aprobado la primera vacuna, se han administrado en España casi 40 millones de dosis. UN ÉXITO ORGANIZATIVO.
¿Que ha habido fallos?
PUES CLARO.
A mí me ha tocado uno, y es lógico que el que sufre un fallo proteste, lo cual debe llevar a los organizadores a planificar y organizar la canalización y respuesta de estas protestas, pero el resultado global es un éxito sin ninguna duda.
¿Que se podía haber hecho mejor?
Pues seguro que sí y, en este sentido, he echado de menos un acuerdo global de todos los responsables políticos para acometer de manera conjunta una cuestión que trasciende de las ideologías y que afecta a todos.
Ahora bien, el éxito ha sido en el mundo “RICO”.
Tenemos pendiente una gran asignatura para que la vacunación llegue, y cuanto antes, a los países más pobres, pero esto pasa por soluciones políticas de solidaridad a partir de las cuales, el protocolo organizativo seguirá realizando su labor.
Gerardo Correas
Presidente de la EIP y de la OICP
