Al igual que existen empresas tóxicas y empresas saludables, nosotros como empleados también podemos ser tóxicos o saludables.
En este artículo nos vamos a centrar en aspectos que nos puedan hacer mejores y nos conviertan en empleados saludables, tanto para la empresa y nuestros compañeros, como para nosotros.
Cualquier persona puede convertirse en un empleado saludable, potenciando una serie de habilidades como:
Autoeficacia: Expectativa de que vamos a ser capaces de desempeñar una acción de manera eficiente. Trataremos de evitar aquellas acciones que inevitablemente nos van a superar.
Esperanza: Es un estado emocional positivo. Debemos creer que usar nuestras capacidades de forma activa (ya sea sobre nosotros mismos o sobre el entorno, dependiendo de donde están los obstáculos) es suficiente para seguir el plan de acción necesario para conseguir los objetivos laborales.
Optimismo: Es una actitud que induce al trabajador, es decir, a nosotros, a esperar que le sucedan cosas buenas. Un trabajador optimista se centrará en la resolución del problema, si tiene la situación bajo control. Si este no es el caso, lo aceptará, sabiendo que hay situaciones que pueden escapar de su control, y que no es culpa suya. Alguien optimista verá que los éxitos son suyos, y que los fracasos son debidos a factores externos, lo que le llevará a resolver los conflictos futuros de manera más eficaz.
Resiliencia: Es la capacidad que tiene una persona de superar la adversidad, incertidumbre, conflicto y fracaso en el trabajo. Una persona con alta resiliencia tendrá una alta competencia social, habilidad en la solución de problemas, autonomía y la orientación al futuro, en vez de centrarse en errores del pasado. Son personas que se desenvuelven mejor en ambientes difusos, ya que afrontan mejor los cambios, adversidades y riesgos.
Engagement: El engagement es difícil de definir. Se caracteriza por el vigor, la dedicación y la absorción en el trabajo. O dicho de otra forma, ser vigoroso significa tener altos niveles de energía, tanto física como mental para invertir esfuerzos en nuestro trabajo, tener dedicación quiere decir ser entusiastas, orgullosos y estar inspirados a la hora de realizar nuestro trabajo. Podemos decir que el engagement es lo contrario a quemarse en el trabajo.