Compartimos el texto redactado por una de ellas en el Día Internacional de la Mujer, Gemma Cirera, como homenaje a todas sus compañeras de curso.
«Aprovecho el #8M para dar a conocer a un equipazo que me inspira y apoya cada día a llegar a ser lo que me proponga:
Ésta es mi clase de Máster, de la EIP Barcelona, compuesta por 11 MUJERES. “Qué aburrido”, pensaran algunxs. Y eso pensé el primer día que entré en ella, pues la diversidad de género da mucho juego en una clase y aporta riqueza en el desarrollo de ésta. Qué pena que no hubiera ningún hombre, pensamos (y yo la primera).
Pues veréis, después de seis meses asistiendo a clase (y desde el primer día) hemos revolucionado la escuela y a lxs profesorxs (encantadorxs y encantadxs con nosotras), dando guerra imponiendo nuestros tan diferentes puntos de vista.
Once perfiles totalmente distintos de MUJERES con una característica común: la capacidad biológica que tenemos de proteger lo que hacemos nuestro a toda costa con orgullo, pasión y competitividad.
Porque sí, las MUJERES somos competitivas (y muy peligrosas), y cuando nos juntas en un aula, empresa o equipo, defendemos a toda costa lo que consideramos nuestro con una sensibilidad extraordinaria por el respeto y empatía hacia las opiniones y posturas contrarias.
Pues esto es lo que sucede en mi clase. Once MUJERES con opiniones y experiencias tan diferentes que compiten y a la vez consiguen complementarse profesional e intelectualmente, a la vez que se protegen las unas a las otras. Esto es magia. Y quien diga lo contrario no tiene ni idea del poder de las mujeres cuando están llenas de confianza y apoyo.
Y es que sólo hay algo más poderoso que una mujer que lucha con toda su fuerza, inteligencia y ambición: un grupo de MUJERES que lo hacen juntas.
Ojalá que en mi clase hubiera algún hombre. Siempre lo pensaré, pues adoro la diversidad de género (y culturas). Pero qué orgullosa me siento de formar parte de una clase llena de almas guerreras que no se detienen ante nada ni nadie y que están dejando y dejarán huella en el sector del Protocolo y la Organización de Eventos (o en cualquier cosa que se propongan).
Para terminar, doy las gracias a todas ellas y al maravilloso equipo de la EIP Barcelona, que ha confiado en nosotras desde el principio y nos motiva cada día para ser mejores que ayer.
Y cito a una de ellas, Eva Mauri, al decir que “tengo suerte de formar parte de este equipo de 11 jugadoras dónde cada una tiene su posición en el campo de los eventos”.
Por un mundo más justo que valore a las personas por encima de cualquier otra cosa.
